viernes, 30 de marzo de 2018

Soy mormón, lo vivo y me encanta

Javier Céspedes Hurtado (Biografía)


Hola, soy Javier
Nací y crecí en el Perú. Soy el quinto de diez hermanos. Soy mormón.
Acerca de míTengo dos hijas jóvenes que adoro. Me encanta mucho mi familia. Somos diez hermanos, a los cuales, aprendí a amarlos al servirles y cosas juntos: como jugar, limpiar la casa juntos, bailar, etc.; he trabajado varios años en hogares de ancianos en España. Al servir y ayudar a las personas mayores a realizar actividades de la vida cotidiana me ha ayudado a entenderlos mejor y amarles a ellos; la fotografía digital es una de mis grandes pasiones, me acerca a las personas y las creaciones de nuestro Padre Celestial. Me encanta la buena lectura, leer el periódico, libros de autoayuda y superación personal, leo poesía de Neruda o Bécquer, que me mantiene las ideas frescas y me dan la inspiración para escribir blogs para compartir con mis amigos en línea. 
Me encanta disfrutar de la vida. Me encanta el tenis, el fútbol. Sigo la liga española, Copa del Mundo, ya sea en televisión o en la web.
¿Por qué soy mormón?
Recuerdo que cuando tenía unos quince años, al sentir la necesidad de acercarme más al Señor,  empecé a asistir a la iglesia Católica a menudo. A veces, intentaba orar con mayor fervor a las imágenes y sentía que la mayor parte de mis oraciones se quedaba allí, en la iglesia. Las imágenes y los santos no me podían oír y responderme, por ser de cerámica o metal. De hecho, esta insatisfacción me llevó a buscar una iglesia donde esté Dios presente. Por más de un año investigué a los pentecostales -que se contorsionaban en el suelo- a los bautistas pero no me llenaban espiritualmente.
A los 17 años, mi familia conoció a los misioneros y nos dieron las charlas misionales y sentí que era verdadera la historia y la Primera Visión de José Smith, asistí a las reuniones de la Iglesia, lo cual fue una buena influencia para mí. Como resultado de ello, mi madre y mis dos hermanas mayores fueron bautizadas en el año 1980. ¿Y yo qué? nada que ver con él! Pues bien, el temor de quedarme sin amigos al abrazar el mormonismo, el miedo de no poder cumplir fielmente los mandamientos me disuadió a ser bautizado como Jesús lo hizo.
Al dejar las charlas misionales y la asistencia a las reuniones me enfrió espiritualmente. A los 19 años decidí convertirme y esforzarme por seguir a Cristo, Él me ayudó a un cambiar en 180 grados mi actitud.
En 1983, Ayacucho (Perú), a unos 600 km de la casa de mis padres, estaba triste, solo y abandonado. Teniendo 19 años, decidí volver y tratar de seguir a Cristo, me encontré con varios miembros de los mormones, mi hermana Carolina me presentó cuando visité en unas cortas vacaciones, cuya influencia positiva me ayudó a estar listo, listo para una nueva vida. Mis oraciones fueron contestadas, y yo sentía que era capaz de obedecer a Dios en todo lo que mande, y al final fui bautizado una noche fría en abril de ese año, que cambió mi vida y me ha convertido en una de las personas más felices del mundo.
¿Cómo vivo mi fe?
Desde mi bautismo yo quería compartir la alegría que tenía al contar mi propia "historia de éxito" a mis amigos y conocidos. Al visitar a mis amigos con los misioneros me hizo sentir más amor por la gente.
Durante el tiempo que he sido profesor de religión para los adultos y los jóvenes se han sentido algo especial por el Salvador y Su Evangelio.
La oración personal y el estudio diario de las Escrituras no me han resuelto la vida de la noche a la mañana, pero poco a poco me han ayudado a resolver mis problemas de la vida.
De joven he sido misionero, porque sentía el llamado del Señor, para que no haya tanto sufrimiento en la tierra. El servicio prestado como misionero me hizo un ser humano más sensible a las cosas de Dios y a las necesidades de la gente.
Después de haber trabajado como voluntario en las campañas para prevenir el abuso de las drogas, y luego para la biblioteca de mi comunidad y mi servicio en varias posiciones de liderazgo en la Iglesia, etc. me ha ayudado a sentirme más cerca del Señor Jesucristo, y el vivir el Evangelio me hace muy feliz.


Haber formado una familia con una mujer con mis mismas creencias y tener a mi familia viviendo a la manera del Señor me ha ayudado a ser fuerte y valiente para vivir los mandamientos de Dios. Por eso les digo: "Soy mormón, lo vivo y me encanta".

Javier Cespedes Hurtado

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